San Vicente de Paúl, un santo en el gran siglo

      Un pequeño campesino de las Landas que se convirtió en sacerdote y fue nombrado tutor en la ilustre familia de Gondi después de varias aventuras, Vicente de Paúl, nacido en 1581, descubrió a los treinta y seis años la vocación de su vida: servir a los pobres. Capellán general de las galeras del rey desde 1618, fundó en 1625 la Congregación de la Misión, para evangelizar y cuidar a la gente del campo y capacitar a los sacerdotes para esta tarea. En 1632 se le ofreció con su comunidad el priorato de San Lázaro en París. Su orden se convertiría en un refugio para miles de pobres y un centro de considerable influencia espiritual.


        Poco a poco, Vicente de Paúl se afirma como la conciencia de su tiempo. Con Luisa de Marillac, superiora de las Hijas de la Caridad, despertó el compromiso y la generosidad de las mujeres de la alta sociedad, luchando en el campo contra los horrores de la guerra de los Treinta Años, instituyó en París la obra de los Niños expósitos. Por su presencia, desde 1643 hasta 1652, en el Consejo Consciente de la Reina Ana de Austria, quien igual que las grandes figuras de la Reforma católica, Francisco de Sales, Bérulle, Olier, también influirá en los asuntos de Estado y se comprometerá contra el jansenismo. La década de 1650 vio que desempeñaba un papel decisivo en el desarrollo de misiones extranjeras. Murió en 1660 y fue canonizado menos de un siglo después.


       El hombre de oración, el hombre de acción, el líder de los hombres, testigo de las grandes exigencias de la conciencia, el humilde campesino gascón se ha convertido en una figura principal de nuestra historia.


San Vicente de Paúl, un santo en el gran siglo

I.S.B.N.: 978-84-1738009-0 

Tamaño: 15,5 x 24 cm - 504 Páginas

P.V.P.:  25,00 €


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